sábado, 30 de enero de 2010

Subcomandante Marcos y la politización de la Universidad



- ¿Cómo comenzó tu politización como estudiante de la UNAM?

Bueno, no. yo no estuve en la UNAM, pero si en una universidad, y el problema que teníamos entonces es que habían dos grandes propuestas de lo que debía ser el estudiante: si era un joven que estaba en un proceso de formación, o en un proceso de deformación, según las necesidades de una sociedad. Eso significaba cierta orientación en los planes de estudios, u otra orientación en los planes de estudio. Finalmente el problema era “después de la universidad, ¿qué?”. Sí, trabajar, pero trabajar para qué, para qué sociedad, a qué costo, a qué costo social y a qué costo individual, de la persona. Finalmente, estudiábamos y nos formábamos no para saber y trabajar en lo que nosotros queríamos, sino en lo que la sociedad y el Poder nos exigían que fuéramos. En esa medida había carreras más rentables, que te aseguraban un futuro mucho más sólido, asegurado, mucho éxito, y otras carreras que eran consideradas por el poder como inútiles. Y eso es, pues, lo que formaba todos los planes de estudio. De una u otra forma, la universidad se convertía en un gran corral de domesticación de los jóvenes, y al mismo tiempo como en un lugar en el que los jóvenes se negaban a ser domesticados, y había mucha rebeldía y organización. Realmente, los jóvenes estudiantes reaccionan rápidamente como rebeldes, y el peligro que nosotros veíamos entonces era que esos movimientos de rebeldía se aislaran, pensaran que sólo en su universidad, en su escuela, se daba ese proceso de dominación y no se abrieran a dialogar o a tomar contacto con otros grupos sociales que estaban sufriendo lo mismo. Y por lo general el problema con los movimientos estudiantiles era ese: que tenían el horizonte del aula de clases. Que se podía ser muy rebelde en la sala de clases, y muy conformista en la familia, por ejemplo, o en la política exterior. Faltaba esa continuidad o ese contacto del movimiento estudiantil con otras partes. Pero realmente no era muy difícil para nosotros entender, nosotros los estudiantes de esa época, que algo estaba podrido y que tenía que cambiar. El problema es que no sabíamos cómo, no sabíamos hasta qué punto el poder nos había impuesto esa cuota de sacrificio a nosotros pero también al resto de la sociedad. Tuvo que pasar muchos años, muchos golpes, tuvimos que llegar aquí, a las montañas del sudeste mexicano y conocer la situación indígena para entender que la injusticia que nosotros vivíamos era también una injusticia para los indígenas, para los campesinos, para los trabajadores, para los maestros. Para todos..

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